Súper felicidad

por Facundo Pérez Taboada

Miro mi mano y veo…

un estallido de fuegos artificiales

que se transforman en hormigas

que se transforman en venas

que son los ríos de mi cuerpo

de las montañas

de los viajes interneuronales e interestelares

de los que sienten más que yo.

La tierra que está sobre ellas

se parece a brillantina

de todos los colores

y titila sin parar,

hasta que de golpe encuentro una espina clavada

y la herida crece

y mi mano se vuelve negra

y no me da miedo,

porque sé que esto es mentira.

Pero qué divertido es

el mundo en hd

y slow motion

con tantos frames per second

que es tipo waaaaaaaaaaaaa

el pasto está RE lindo, mega lindo

y se va multiplicando y reflejando

como por mil espejos

que empiezan a girar

y todo se vuelve un holograma plateado

hasta que aparece un fotógrafo barbudo

que está perdido

y me dice:

"¿Por dónde subiste vos?"

Las piedras están muy chill

ahí, reposando sobre la montaña

exudan una sensualidad cautivadora

transpiran

se contraen y expanden como pequeños

corazones de la montaña

que laten al unísono

y hacen al mundo funcionar

de una forma taaaaaan sexy

que empiezo a escuchar música funk

y tengo un Cynar en la mano

que cuando intento tomarlo desaparece

como las cosas más lindas de este mundo.