Una nueva forma de sentir

por Mateo Mórtola

Quiero darme un baño de inmersión en una bañadera antigua y profunda, con patas de bronce en las esquinas y grifos plateados y oxidados. Quiero hundir mi cabeza tapándome la nariz y que mi pelo se moje por completo, recorrerlo con mis manos y desenredarlo bajo el agua. Volver a respirar, abrir los ojos afuera y verme en un espejo grande, que ocupe la pared entera. Renovar mi piel suave, acariciarla con un jabón delicado y limpiar cada rincón de mi cuerpo joven y flaco. El baño como un refugio, el único momento y espacio donde estoy conmigo, donde me suspendo y no siento otros cuerpos o miradas que me tocan. Bajo el agua no hay likes ni comments ni seguidores; no hay bombos en negras ni pibes con el pelo rapado a los costados. Bajo el agua solo me escucho a mí y estoy cantando una de Frank Ocean, estoy repitiendo para adentro close my eyes and feel the crash, close my eyes and feel the crash, estoy dejando atrás los dolores del bajón de una madrugada speed y el gusto amargo de la pija gomosa de Manuel. Estoy sintiendo mi piel arrugarse y la dejo y me dejo invadir por el hidrógeno y por el oxígeno, me toco despacio y húmeda y trato de freezar este momento porque cuando me retire de la bañadera y me ponga la toalla sobre las tetas y me seque, ya no tendré conciencia de mis deseos y daré vueltas en círculos alrededor de las respuestas. Seré un cuerpo seco y hermoso, vestido para las pantallas de los teléfonos inteligentes, hasta que no pueda soportarlo más.